04 septiembre 2010

Sé que te abandoné, pero no quería.
Las dudas son transparentes y se quejan,
a todas horas y todos momentos.
Entonces imaginé:
que no vendría mal no creer, y ahí , justo en ese punto de
insolencia me perdí en las inclemencias de la existencia.
Cubrí otras posibilidades, por convenciencia mental; y me sentía
feliz y escuchaba algarabías y danzaba y no dormía, en-serio.
Si yo sabía que te había visto en algún lugar, en el año
234234.3242334, en aquel aposento, sí te vi.
De cualquier forma me turbé, me puse gris, abrí los ojos y no ví nada;
me abrazó la comodidad explícita de transcurrir en una linea fugaz,
para no tener intenciones de fusionarme contigo, eras demasiado.
Ya te pedí disculpas a verdades. Yo sé que me perdonas y que me amas.
Te doy gracias porque me invitaste a salir; me transportaste a la profundidad
del mar, a los recobecos del universo, a la infinidad…
Estaré contigo por todo el tiempo, disupuesta a no olvidarte más, no dudarte-dejarte.
Mientras, terminemos este capítulo que comienza.

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