30 agosto 2010

Retrospectiva final

¿Cómo deberían ser las cosas?

Como deben ser.
Como somos, así es como es.
En la noche de la tierna oscuridad
no busqué de tu mente y de tu medio.
Iba encaminada al olvido ciego de…
de la carne, del amor, de la ruina.
No había más que un brillante espejo,
y a través de el las luces oscilaban
penetrando mis pupilas, mis almas,
tantas que ya no tengo una.
Y habíamos creído en el vacio, porque ahí no habría nada
que nos pudiese tocar; ni el tiempo, la vida misma.
Así extraído el espacio de los cuerpos, la desesperada necesidad de sentir.
No hay, ni el sentimiento.